viernes, 26 de agosto de 2022

Personajes

 Hola amigos: después de una buena temporada inactivo, volvemos con las pilas cargadas y de nuevos datos de toda clase de cosas.... esperamos que sean de vuestro agrado...Un saludo!!

Jorge Luis Borges.



Mientras impartía clases de filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires, le pidió a una alumna su opinión sobre Shakespeare y ésta replicó: "Me aburre". Para, a continuación, puntualizar: "Al menos lo que ha escrito hasta ahora". Borges, sin alterarse lo más mínimo, le replicó: "Tal vez Shakespeare todavía no escribió para ti. A lo mejor dentro de cinco años lo hace".

Víctor Fleming.


El director de cine se había desplazado hasta Floridas para rodar algunas escenas naturales  de "El despertar" (1946) pero pasaban los días y, viendo que se demoraba, el estudio le envió un tele grama conminándolo a regresar. Fleming les contestó: "Sentaos y leedle el guion  y vuestro telegrama al ciervo. Aseguraos de que en el futuro lo haga mejor".


Manolo Hugué.




El escultor catalán (1872-1945) había ido a una terraza con unos amigos. Uno pidió una tila; otro, un té y otro, una infusión de hierbaluisa. Cuando llegó su turno, y para no ser menos que sus colegas. Hugué le dijo muy serio al camarero: "A mí me hace usted en el cogote una pintada de tintura de yodo".


María de Médici.


En cierta ocasión, la reina-madre francesa le confesó al mariscal de Bassompierre: "Me gusta tanto París y tanto Saint-Germain que quisiera tener un pie en uno y un pie en el otro". A lo que él, que siempre había estado secretamente enamorado de la soberana, remató, con picardía: "¡Y yo quisiera estar en Nanterre (a medio camino de ambas!".



Richard Ney.



Iba a formar parte de una gran producción y le exigió a su agente que lo pusiera el primero en los títulos de crédito. "Lo intentaré -respondió él-, pero ya sabes que Gary Coleman está en la película". "Me da igual. O estoy el primero o nada". Horas más tarde, su agente le llamó y le dijo: "Bien, ya tengo lo que querías". "¿Me has conseguido el primer lugar?", inquirió Ney, emocionado. "No, no hemos logrado nada".



Duque de Crèquy.


Una vez, François de Bône de Créquy sufrió una aparatosa caída desde lo alto de una escalera sin hacerse daño alguno. "Ya podéis darle gracias a Dios", le comentó uno de sus criados, mientras lo ayudaba a incorporarse. "¿Y por qué habría de dárselas? No me ha ahorrado ni un solo escalón".





Gaston Palewski.


Era <<vox populi>> que la mano derecha de Charles de Gaulle era un hombre promiscuo que, siempre que la ocasió se lo permitía, trataba de ligar con jovencitas. Una vez, tras una cena, se ofreció a acercar a una guapa muchacha hasta su casa en coche. Ella respondió, con toda la educación de la que fue capaz: "Gracias caballero, pero estoy cansadísima....Creo que iré andando".




Marlene Dietrich.

Tenía ya una cierta edad cuando posó para el dibujante húngaro Henrik Major, famoso por lo fidedigno de sus retratos. Al verse inmortalizada, a la diva de Hollywood le pareció una obra poco caballerosa y se quejó, enfadada: "su dibujo no me favorece". A lo que Major replicó: "Al contrario, señora. Mi dibujo le hará el favor de mantenerla igual dentro de 20 años".




Robin Williams. 




Al poco de ponerse de moda la Viagra, el actor hablaba de sexo con el "showman" Jay Leno y comentó: "El problema es que Dios le dio al hombre y pene...pero sólo le dio sangre suficiente para activar una de las dos cosas a la vez".




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