Curiosidades

Los océanos del planeta contienen la friolera de 2.000 billones de toneladas de magnesio, una
cantidad que casi imposible que la agotemos en los próximos milenios.

Cuando el aficionado a la astronomía William Herschel descubrió Urano en 1781, creyó que era una cometa.

En 1885 fue ingresado en un hospital de Londres un hombre obeso que falleció. A la mañana siguiente, los doctores se encontraron con el cuerpo hinchado como un balón y relleno de gas. Al practicarle una pequeña incisión en la piel, espontáneamente este salió y ardió.

Los indios de la Guayana preparaban un licor con las cenizas de los muertos.

Más del 70% de la población mundial era polígama hasta que la cristiandad impuso sus modos de vida.

El cardenal Rodrigo Borgia, que más tarde se convirtió en el Papa Alejandro VI, vivía con una romana llamada Vannozza Catanei, mujer que antes había estado casada tres veces y era madre de seis hijos. También se le acusó de haber tenido relaciones sexuales con su hija Lucrecía.

En su juventud, Julio César cayó víctima de los piratas cilicios, que pidieron por él un rescate de 20 talentos. El César, indignado por el poco valor que los bandidos habían dado a su vida, subió la cifra a 50 talentos, dinero que su familia reunió con  grandes dificultades. Una vez hecha la entrega, el César consiguió recuperar el dinero.

El banquete del Toisón de Oro que se ofreció a Carlos V en Barcelona, en 1591, consistió en 72 platos, y duró dos días.

A principios de siglo, científicos rusos desenterraron a orillas del río Beresovka, en Siberia, el cadáver congelado de un mamut, animal extinguido desde hace 10.000 años. Su carne estaba en tan buen estado que, tras ser descongelado, fue cocinada y comida por los investigadores en un banquete de celebración.

El precio de un gramo de interferón, una sustancia biológica que se utiliza para el tratamiento de enfermedades como el cáncer, sobrepasa los 6 millones de euros.

El astrónomo estadounidense Simon Newcomb (1835-1909) concluyó que el vuelo con un aparato más pesado que el aire era imposible.

En 1908, el gobierno de Filipinas declaró la guerra al consumo de opio, muy extendido entonces en el archipiélago. Incluso ofreció tratamiento gratuito a quienes quisieran desintoxicarse. Los resultados no fueron los esperados: de 13.000 opiómanos entrevistados, sólo diez accedieron a ser curados.