lunes, 3 de diciembre de 2012

Aunque parezca mentira, fue....real





Las familias humanas de los monos Raju y Chinki han sido denunciadas ante la Policía de Nueva Delhi por casar en secreto a sus mascotas siguiendo el rito hindú. Cuando los detuvieron, la ceremonia ya se había celebrado.









En 1940, Hitler autorizó la fabricación de 50 muñecas hinchables -de pelo rubio y ojos azules- para evitar que las tropas de las SS recurrieran a las prostitutas de París. Dicen que los diseñadores llegaron, incluso, a preguntarle a la actriz húngara Kathe von Nagy si podían usar su rostro para las citadas muñecas.








Un templo hindú de Kerala se gastó más de 14.000 euros en tratamientos «spa» para sus 64 elefantes. Les dieron masajes, baños de aceite y «delicatessens» para que se relajaran y recuperaran de los intensos días de trabajo. 











Viktor Jasinski «solo» quería robar en un salón de belleza de Meshchovsk (Rusia), pero se encontró con la sorpresa de que la dueña del mismo, Olga Zajac, de 28 años y cinturón negro de karate, se defendió con algo más que uñas y dientes. Según el ultrajado caco declaro ante la Policía que la mujer lo atiborró de Viagra y lo convirtió en su esclavo sexual durante tres días «para darle una lección».




Un anciano chino llamado Chen De de 72 años, bebe cuatro litros de gasolina mensuales desde 1960 para calmar la tos. Cuando sus hijos le dieron a elegir entre ellos y su peligrosísima adicción, lo tuvo claro: ahora vive solo.







David Meldrum es un ilustrador británico que se ha pasado todo un año dibujando cada cosa que comía, desde un café hasta un sándwich. Una vez que ha terminado aseguró que, viendo tanta comida procesada y tanta cerveza en su original obra, el próximo paso será corregir sus hábitos alimenticios.








George Schmidt, de Naciones Unida, puede traducir 66 idiomas y hablar 133 con fluidez.


Ni en la peor de sus pesadillas, Ben y Amber Sessions podían imaginarse matando serpientes a puñados para defender su hogar. Pero eso es, ni más ni menos, lo que les pasó. Resulta que su idílica casita de Idaho estaba construida sobre un «hibernaculum» en el que centenares de serpientes se habían refugiado para pasar el invierno.






Harto de las continuas averías de su Porsche deportivo de 56.000 euros, su indignado propietario lo donó a un club de tiro en el que descargaron sobre él unos 10.000 proyectiles, dejándolo como un colador. «Por fin -comentaba el dueño- ha servido para algo».







Philip A. Contos, de 35 años, participaba con su Harley Davidson en una protesta contra la ley que obligaba a llevar casco a los motoristas en Nueva York cuando perdió el control de su moto. Se golpeó la cabeza.... y murió.







El centro Cardiff Royal Infirmary de Gran Bretaña ha tenido que disculparse públicamente por pedir a sus pacientes que tocasen una pandereta cada vez que se sintiesen mal (también tenían unas maracas, por si la pandereta estaba ocupada). E instalaron «inmediatamente» un timbre.





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