lunes, 3 de diciembre de 2012

El porqué de las cosas...

¿Por qué ocurren los eclipses?
Debido a que los eclipses son poco frecuentes, sobre todo los de Sol, el ser humano los ha observado con admiración y respeto desde tiempos inmemoriables. Se cree que el círculo de piedras de Stonehenge, que se remonta a la Edad de Bronce, se edificó para predecir eclipses de Luna. Para que pueda producirse un eclipse, el Sol, la Tierra y la Luna tienen que estar alineados. La causa de los eclipses es la propia sombra que generan los astros. Como cualquier objeto sólido bañado de luz, la Tierra y la Luna, iluminadas por el Sol, proyectan sombras en el espacio. La luz del Sol proviene de un gran disco y no de un solo punto, por lo que da a la Tierra una sombra con un extremo suave y más iluminado conocido como «penumbra». 

Para que se produzca un eclipse lunar debe haber luna llena y la Tierra debe hallarse entre el Sol y la luna. Lo que sucede entonces es que la Luna entra el Sol y la Luna. Lo que sucede entonces es que la Luna entra en la zona de sombra de la Tierra y, si el eclipse es total, desaparece de nuestra vida. Para que se produzca un eclipse solar debe haber luna nueva y el Sol y Luna hallarse en conjunción. Lo que sucede en esta ocasión es que la Luna oculta el Sol, desde la perspectiva de la Tierra, y el Sol puede ser visto solamente como un círculo difuso en el que brilla tenuemente su perímetro. Los eclipses de Luna son mucho más frecuentes que los del Sol y además son mucho más duraderos -la Luna puede tardar unos 105 minutos en salir de la sombra de la Tierra, mientras que los eclipses de Sol duran solo siete minutos- y visibles, pues pueden ser vistos por todo aquel que esté de frente a la Luna en ese momento, mientras que el eclipse de Sol es visible solo en un diámetro de 275 kilómetros.

¿Por qué los fantasmas se representan con una sábana blanca?
Quien quiera ahorrarse unas monedas para Carnavales, no tiene nada más fácil que disfrazarse de fantasma: solo necesita una sábana blanca de la abuela (nada de estas modernas fundas nórdicas), hacerle un par de agujeros en la parte de los ojos y echar a andar con la manos extendidas haciendo «buuuu» para intentar asustar al resto de los participantes en la fiesta. 

Aunque nunca ganaremos un premio a la originalidad con un disfraz de estas características, la verdad es que la cultura popular nos ha llevado a representar siempre a los fantasmas como seres cubiertos por una sábana blanca, por una razón bien sencilla: en la Edad Media se creía que los fantasmas aparecían con forma humana lo hacían siempre vestidos con la ropa que llevaban en el entierro. Como en esa época los cadáveres se enterraban envueltos en un sudario blanco... ¡esa era la imagen que tenían cuando se levantaban de su tumba para asustar a los familiares! Añadamos las cadenas, un detallito que no puede faltar en ningún disfraz de fantasmas, que simboliza las ataduras que estos seres todavía tienen en el mundo de los vivos, lo que les impide descansar en paz.

¿Por qué se inventaron las gafas de sol?
En china, hacia el siglo XII, fue donde se desarrolló por primera vez una tecnología para ahumar los cristales de cuarzo con el objetivo de oscurecerlos. En aquella época, y en aquellos lugares, el turismo de playa no estaba ciertamente muy extendido, por lo que cabe suponer que fue otra necesidad que motivó a los industriosos chinos en la investigación para desarrollar gafas de sol. 

En efecto, los primeros clientes de este producto fueron los jueces chinos y el verdadero fin de las primeras gafas de sol no fue la protección de la luz solar, sino el propósito de ocultar la expresión de los ojos durante los juicios, a fin de no delatar antes de tiempo el veredicto del juez, que solo debía conocerse al finalizar el juicio. Las primeras gafas tintadas no aparecieron en Occidente hasta mediado el siglo XVIII y su objetivo tampoco era el de evitar el resplandor del sol, sino el intento de mejorar algunos problemas de la vista tintando las lentes de terminados colores. 

Desde finales del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX se extendió el uso de las gafas de sol como protección para personas con sífilis, al ser la sensibilidad a la luz uno de sus síntomas. El uso de las gafas de sol con la función que le damos hoy día no se extendió hasta los años treinta del pasado siglo, aunque lo cierto es que el uso original jamás se abandonó, como demuestran tantos policías urbanos y jugadores de póker.

¿Por qué se elevan verticalmente los helicópteros?
La característica más apreciada del helicóptero, en comparación con el avión, es su mayor capacidad de maniobra, que le permite aterrizar y despegar en casi cualquier sitio, con el único requisito de que la superficie duplique su tamaño, así como quedarse estático en el aire, suspendido y girar sobre sí mismo. Lo que da al helicóptero la fuerza para elevarse, despegar y aterrizar es la propulsión vertical de aire, una fuerza mayor que le de su peso producida por la gran velocidad de la hélice al girar, así como la forma aerodinámica de sus alas, que proporciona la llamada «sustentación»: el aire pasa más rápido por la parte de arriba de la hélice y más despacio por la de abajo, y la diferencia de presión «succiona» hacia arriba -como en las alas del avión-, generando un empuje suficiente para conseguir que el aparato se eleve. El helicóptero también dispone de una pequeña hélice, llamada «rotor de cola», que compensa con su empuje la tendencia a girar y mantiene el helicóptero con la misma orientación.

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