miércoles, 7 de noviembre de 2012

Inventos

El detergente.

Este gran invento, que vio la luz la primera mitad del siglo XX, debe su nombre al término latín «tergere», que significa limpiar. En el XIX, el investigador S. Krafft había descubierto ciertas propiedades jabonosas en sustancias no grasas. El hallazgo le sirvió al norteamericano Twitchell y al químico belga Reychler para crear una fórmula que sustituyese al jabón. En 1913, Reychler desarrolló un producto que era demasiado caro para ser fabricado industrialmente. Tres años después, se elaboró en Alemania el primer detergente sintético, que permitía que el agua penetrara a través de la fibra, pero no eliminaba las manchas. En los años 30 se consiguió crear un detergente de calidad, añadiendo fosfatos a la fórmula ya existente. El invento de los agentes blanqueadores fluorescentes fue clave para el éxito de este producto.



La cama elástica.
El gimnasta George Nissen, observó que los trapecistas rebotaban sobre la red que les protegía de caer al vacío y pensó que él podría crear un articulo similar para mejorar sus entrenamientos. Así que, en 1934, cogió el marco de acero de una cama vieja y lo cubrió con centenares de resortes que le ayudaban a saltar con más altura e impulso. Nissen vio en ello un posible negocio y se embarcó por todo el país con dos amigos -«Los tres Leonados»- para demostrar en directo las bondades de su producto a base de complicadas acrobacias.
En 1942, vendió 10 unidades para unos campamentos de verano y, cuando creía que el mercado estaba saturado, tuvo un golpe de suerte; su invento empezó a usarse para los entrenamientos de los pilotos de combate y en los programas espaciales.

Los vehículos de camuflaje.
La industria militar empezó a utilizar esa pintura en 1935, cuando el profesor de las SS Johan Georg Otto Schick recibió el encargo de camuflar los vehículos del ejercito alemán y se le ocurrió aplicar manchas sobre tonos pardos, algo que ya había comenzado a hacerse en algunos uniformes de soldados alemanes y británicos y que estaba funcionando muy bien. Hoy día, existen varios tipos de camuflaje según sean los vehículos de aire, de agua, para esconderse en un bosque o en las arenas del desierto.

La diana.
Este juego surgió a finales del siglo XIX en el norte de Inglaterra y se convirtió en el pasatiempo preferido de los asiduos a las tabernas hacia 1920. La idea de puntuar de ese modo los tableros (habitualmente, confeccionados en olmo o álamo) fue del carpintero Brian Gamin, que intentaba reducir al máximo las posibilidades de que un jugador sin puntería ganase por suerte. De ahí que el20 esté «flanqueado» por el 1 y el 5; el 17, por el 13 y el 2; y el 18, por el 4 y el 1.


El muñeco de los semáforos.




Todos derivan del original «Ampellman», el hombrecito con sombrero que a cruzar las calles de Berlín Este desde 1961. Su inventor fue Karl Peglau, que trabajaba como psicólogo de tráfico en la ciudad y buscaba facilitar las señalizaciones a niños, ancianos, discapacitados...



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