sábado, 24 de mayo de 2014

Inventos

La estufa.

Aunque las de leña existen desde hace muchos siglos, las eléctricas se hicieron esperar hasta 1892, cuando se patentó el primer radiador: un alambre enrollado sobre una placa de hierro colado con forma parabólica que se encargaba de distribuir el calor. El problema es que, por aquel entonces, era bastante inútil, ya que la mayoría de las casas carecían de enchufes.

El cronómetro.
El primer reloj mecánico de alta precisión lo inventó el relojero suizo Louis Berthoud a principios del siglo XIX, aunque existen documentos que confirman que, en el siglo XVII, ya se utilizaba el término cronómetro para referirse a un reloj de péndulo portátil. En 1910, la prestigiosa marca firma Rólex perfecciono el primer cronómetro de pulsera.

El chotis.
Aunque lo asociemos a Madrid, era una danza típica de los campesinos escoceses que se bailó por primera vez en España la noche del 3 de noviembre de 1850 en el Palacio Real. Las zarzuelas se hicieron eco de esta danza conocida como «scottish», castellanizaron el nombre y pronto se convirtió en el baile estrella de las verbenas madrileñas.

El cambio de marchas de las bicicletas.
El 31 de mayo de 1889, los hermanos Olivier inventaron las competiciones ciclistas al organizar una carrera de 1.200 metros en París. Participaron siete personas, suficiente como para que los fabricantes de bicicletas empezasen a mejorarlas. El cambio de tres marchas lo inventó Edmund Hodgkinson en 1896, lo que permitió triplicar la velocidad y modificó para siempre la forma de pedalear.

Las máquinas expendedoras de tabaco.

Aunque se crearon en 1926 en América, pronto se propagaron por todo el mundo. Su época más esplendorosa fue en los años 50, cuando era común encontrarlas en la calle, fuera de los establecimientos. Poco a poco, las ubicaron dentro de los bares y algunas tiendas para evitar que los niños las utilizasen.

Los anuncios clasificados.
Tienen su origen en Tebas, capital del antiguo Egipto, en el año 3000 a.C., cuando apareció la primera propaganda publicada sobre un soporte fijo. En 1629 se creó la primera agencia dedicada a ello, se llamaba «Oficina de Anuncios y encuentros» y estaba en Francia.

Las albóndigas.
El termino albóndiga -o almóndiga- viene del árabe «al-bunduga», que significa avellana y alude a la forma de esas pequeñas bolas de carne que siguen preparándose igual que en la antigüedad: con una mezcla de carne de vacuno y cerdo, huevo, perejil y pan rallado. La carne se cortaba a mano hasta que, a principios del siglo XIX, se inventó la primera picadora.

El biodiésel industrial. 
En 1977, el brasileño José da Sá Prente estaba dándose un baño en un río cercano a su casa de campo cuando observó la vaina de un árbol que le daba sombra y le vino a la mente la solución para el problema en el que trabajaba: cómo sustituir el diésel obtenido del petróleo por un sucedáneo eficiente y más barato. En la actualidad, funcionan con aceites vegetales toda clase de vehículos, incluidos los aviones.

El maniquí.
Del latín «manere» (permanecer fijo e inmóvil), existen desde el antiguo Egipto, cuando los faraones utilizaban a algún súbdito de complexión similar con el fin de posar durante días para sus sastres. En la Edad Media surgieron los primeros torsos de varilla metálicas y hasta comienzos del siglo XVII no se fabricaron los primeros maniquíes modernos, de madera y yeso, que se utilizaban en las tiendas de ropa. También se atribuye su uso a pintores como Rafael o Baccio della Porta, que empleaban figuritas de madera con articulaciones movibles (similares a juguetes) para evitar el agotamiento de sus modelos.

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