Inventos

La focaccia.

Los antiguos romanos ya cocinaban «pan chato» sobre un lecho de hojas de laurel para aromatizarlo, aunque la focaccia -del latín «fuego»- se asocia históricamente con la región italiana de Liguria, rica en plantaciones de olivo, uno de los ingredientes básicos de este tipo de pan junto con las hierbas aromáticas.

La tabla de windsurf.

Surgió una noche de copas entre el ingeniero aeronáutico Jim Drake y su ex-jefe Fred Payne, en 1964. Drake soñaba con hacer esquí acuático con algún artilugio impulsado por el viento en el río Potomac, que atraviesa Washington. Y, animados por el coñac, diseñaron su primera propuesta: una tabla propulsada por una cometa. En 1967 nació la primera con la emblemática vela.

El balón de fútbol.

La pelota de cuero la inventó Fu-Hi, uno de los cinco grandes gobernantes de la antigua China, apelmazando raíces hasta formar una masa esférica y recubriéndola después con cuero. Para aquel entonces, en lugar de chutarla se la pasaban de mano en mano. En la Copa de México 1970 se empleó por primera vez el balón de pentágonos negros, todo un clásico. Y no fue hasta 1986 cuando, en México, comenzaron a jugar con pelotas de material sintético.

El agua oxigenada.

La desarrollo a partir de 1918 un grupo de científicos para contener problemas de infecciones y gangrena en las heridas de guerra de los soldados. Gracias a ello, en la Segunda Guerra Mundial disminuyó el numero de amputaciones, pero no solo es eficaz como medicina, ya que, antiguamente, era muy utilizada para blanqueamientos dentales y aún hoy se emplea para decolorar el cabello en la peluquerías.

Los canapés.

Ya en el siglo XVII, en Francia servían pequeñas tapas a los nobles mientras éstos se relajaban tumbados en los sofás o canapés de sus palacios. Aunque los «snacks» son algo mucho más antiguo: antes de inventarse los trocitos de pan recortados al tamaño de un mordisco y exquisitamente decorados, en las mesas auxiliares siempre había fruta, dulces o frutas caramelizadas.

La raqueta de tenis.

El tenis surgió en Francia en el año 1400, pero se le dio a la bola con la mano hasta pasadas varias décadas  cuando aparecieron las primera raquetas. Éstas tenían un marco de madera y, en vez de cuerdas, se hacían con un entramado a base de tripas de oveja.